martes, 25 de diciembre de 2018

ANDREW DUSFRENE



Este lunes 26 de diciembre en el que debo volver a pasar por consulta para ver si se me renueva o no la baja médica me parece buen momento para explicar por qué en todo este proceso en el que he estado inactivo, y denuncié al medio que me pagaba,  me he venido comparando un poco con Andrew Dufresne. Con el protagonista de la película Cadena Perpetua, que es al que de hecho tomé prestado el nombre para firmar en este blog y así preservar mi identidad.

A saber. Como el protagonista de uno de los filmes mejor considerados de todos los tiempos me sentí condenado a la privación máxima de libertad desde el mismo momento en el que cambió totalmente mi suerte con el cambio de jefe. Desde entonces, se fiscalizaron todos mis movimientos y fui objeto de atención permanente, como si de un preso me tratara. Algo que como a Dusfrene, me llevó a un estado de ansiedad y depresión que me llevó a la reclusión en mi mundo interior.

Pero al igual también que el personaje de ficción interpretado por Tim Robbins elegí lo primero cuando el dilema que le se planteó fue empeñarse en vivir o empeñarse en morir. Él lo que hizo para ello fue ir acumulando pruebas de los delitos fiscales que cometían sus carceleros. Y yo, sumar muestras de que mi situación laboral era irregular. Y todo, mucho antes de que fuera castigado en el plano laboral sin ser merecedor de ello.




Sucede que desde 2009 pasé a ejercer como autónomo y comencé a trabajar en mi casa. Y sucede que así la comunicación con mis jefes y compañeros comenzó a ser muy fluida, pero por…email. Claro, para ellos era más cómodo no tener que descolgar el teléfono y encima, más rápido y menos engorroso si yo planteaba alguna objeción. Lo que pasa es que ante el riesgo de que luego se me acusara de no haber interpretado bien una instrucción, que es algo que comenzó a suceder, yo fui guardando cada una de sus comunicaciones. Una práctica que se convirtió en habitual hasta llegar a convertirse en rutina. Al punto de que tengo por escrito todo lo hablado en nueve años, que ya son años y muchas cosas de las que hablar, entre otras aquellas en las que se pone en evidencia que yo lo que vine siendo fue un falso autónomo. Y así, lo que comenzó siendo un escudo con el que defender mi posición ante malos entendidos se acabó convirtiendo en la lanza que les he remitido con la demanda.

Ahora, los fieles lectores de este blog entenderán por qué la empresa me ha hecho llegar extraoficialmente que voy a ganar dinero, muestra inequívoca de que quieren evitar el juicio que tienen todas las de perder. Y ahora, los fieles lectores de este blog terminarán de entender lo del símil con Dusfrane.

El de la película libró con éxito en Zihuatanejo su particular batalla contra la injusticia de la que fue objeto. Lo que pasa es que realmente yo no soy él ni lo que estoy viviendo es una película. Es una situación muy compleja en la que pese a todo los delincuentes tienen posibilidades de escapar sin ser detenidos por la justicia. Sobre todo si acometen cualquiera de sus habituales bajezas.



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