jueves, 17 de enero de 2019

SUEÑOS PARADISÍACOS


Acostumbrado como estoy a soñar con cosas absurdas pero desagradables o con algo más de lógica, pero igualmente irritantes, celebro haber amanecido en esta mañana de jueves después de que mi subconsciente haya recreado una situación más placentera mientras dormía.

Resulta que por una extraña razón que no consigo recordar me tocó un viaje a Taiwán. Y que una vez llevado a la isla era acomodado por el director del hotel ¡al aire libre! en el que iba a ser hospedado en una de las mejores ‘habitaciones’. Se trataba de una duna de arena que me situaba por encima de aquellas que alojaban al resto de clientes y que únicamente se componía de dos palmeras que servían para adecuar la hamaca en la que iba a poder descansar. Y desde la que se oteaba una playa paradisíaca, con aguas de color turquesa y limitada por arena muy fina. La pena fue que el viaje era fugaz y que a las horas ya estaba en mi casa, donde pensaba presumir de la única foto que había hecho y que ni siquiera tuve tiempo a subir a la red de Instagram.




Me quedaba un poco con la miel en los labios, es cierto, pero cuando desperté tuve mucho mejor sensación que en esas otras ocasiones  en las que era protagonista, o espectador privilegiado, de situaciones mucho menos reconfortantes, más atroces. Y es que mientras trataba de descansar he llegado a soñar cómo el mismísimo Adolf Hitler ajusticiaba a una persona con su pistola a un solo palmo de mí.  Que es algo que te deja el cuerpo, y te hace levantarte de la cama, como ya vosotros podéis imaginar.

Total, que tan liberado me he sentido que nada más ponerme a funcionar he buscado el significado de este sueño por internet:

“Soñar con una playa paradisíaca propia de una postal de vacaciones quiere decir que eres una buena persona. La presencia del agua cristalina y la blanca arena demuestran tu pureza a la hora de relacionarte. No te gustan los prejuicios y sabes encontrar el encanto de cada persona nada más mirarla, aunque nunca utilizas tus impresiones sin antes corroborarlas. Esto es bastante positivo aunque es cierto que esa bondad te convierten en un objetivo ideal para personas que no toleran a la gente como tú. Ve con cuidado, aunque gracias a tu carácter, tus amigos no podrían ser más fieles”.

Bueno, pues encima ya sé que soy buena persona. Y que tengo amigos (realmente pocos de verdad) que no podrían ser más fieles. Pues mejor todavía. 

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