A la vista de cómo los elogios me acabaron afectando no tuve otra
que darlos por mal recibidos.
-“Hay que seguir el método de ‘Fulano’”, dijo el director
dirigiéndose a mí.
-“Es una persona que siempre se crece ante las
adversidades”, añadió aquel buen hombre en relación a mi persona en otro momento de la
reunión.
De una cita de la que desconocía su existencia hasta
que la puerta se abrió y vi salir uno por uno a los más reconocidos periodistas
de la empresa con cara de pocos amigos y miradas de cierto desprecio hacia mí.
Y yo, que no sabía de qué iba aquella vaina, me acojoné.
Repasé lo que había publicado ese día y concluí que era imposible que alguno de los comparecientes en el cónclave se hubiera sentido molesto por algo de lo que yo había escrito porque en honor a la verdad lo que había hecho el día de anterior era un
reportaje muy chulo en el que ni me metía con políticos ni con amigos de algún gerifalte.
Pero eso, el que me
hubiera quedado tan bien mi artículo, fue precisamente el origen del problema, según pude comprobar después.
Porque lo cierto es que una vez más volvió a despertar la admiración de quien mandaba, lo que no sentó nada bien a los auténticos pesos pesados de la
información que habían sido convocados. A plumillas avalados por sus titulaciones y muy buena
publicaciones, a profesionales con mayúsculas a los que pareció no entrar en la cabeza que casi un recién llegado como
yo fuese puesto como ejemplo de algo. Y claro, ya fue cómo después llegaron los recelos y
hasta los celos, que fueron mis grandes
enemigos a lo largo de mi trayectoria
profesional, dicho esto con humildad pero con absoluta franqueza.
Viene esto a colación porque es justo en estos precisos momentos que estoy viviendo ahora en los que ya he dejado de maldecir aquellas frases que tantos problemas, y zancadillas,
me ocasionaron. Y todo, porque en este laberinto en el que me encuentro me consuela la posibilidad de que “mi
método” me pueda ayudar a encontrar una salida. Tengo que demostrarme que puedo y que volveré a ser una persona que “siempre se crece ante
las adversidades”.
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