lunes, 7 de enero de 2019

24 MÁS EL DESCUENTO


Dice mi mujer que soy una persona con mucha fuerza de voluntad, que al final logro todo lo que me propongo. Y yo añado que eso no es rigurosamente cierto, que no soy superman, que me quedan aún algunos retos por superar. Principalmente uno: la batalla que libro contra el tabaco.

Lo he intentado de diferentes maneras pero no consigo apartarme del pitillo. Y eso, claro,  me hace ser plenamente consciente de una realidad desoladora: cada vez tengo más papeletas para que pueda incubar algún tipo de cáncer y que así mi esperanza de vida sea menor de la que podría. La lógica, que suele asaltarme cada vez que la ansiedad me lleva a dar alguna calada, pues ese es mi particular pretexto, incluso la he traducido en una especie de cuenta de la lechera. Así, una de las cábalas más positivas que suelo realizar determina que a mis 41 años me quedan unos 24 de vida más el descuento, que es como yo llamo al añadido que también podría gozar en alguno de los mejores casos.



Dicho así, suena fuerte. Incluso, un pelín frívolo. Lo sé. Sobre todo, habida cuenta que han existido casos de fumadores habituales que han llegado hasta los noventa, o más. Pero toda vez que no parece que esta última opción resulte la más probable, y que incluso existe la posibilidad de que me tenga que pirar antes, intento ajustarme a la primera hipótesis con la idea de encontrar lo que estoy buscando y que así todo lo que me queda por vivir sea lo más agradable posible.

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