Hoy me ha sobrevenido uno de
los últimos encabronamientos que me generan los llamados servidores
públicos a cuenta de la convención que ha celebrado el Partido Popular.
Y todo, porque veo que ha
existido unanimidad en apoyar al joven, guapo y apuesto nuevo presidente de la
formación de Génova. Un cara, todo sea dicho, que responde al nombre de Pablo Casado y que
quizás algún día sea el encargado de dirigir los designios de España aunque sea
por mor de la triple alianza que estoy viendo que se va a formar por todas partes y que parece que va a tener una única VOX (la suma de la del PP, la de Ciudadanos y la propia de los auto-considerados reconquistadores de Andalucía).
Bien, decía que llamo cara, y también
fresco, al tal Casado porque aparte de haber hecho una tesis que ha suscitado
mil y una sospechas, lo cual ya me parece bastante fuerte, el hombre asegura, y de hecho presume, que fue capaz de sacarse media carrera de su licenciatura de
Derecho en un solo año, lo que supone todo un insulto a la inteligencia de
cualquiera que haya pisado mínimamente una universidad.
La universidad que le expendió el título
abrió una investigación que al poco cerró sin encontrar nada sospechoso, lo
cual manda huevos. Pero es que ni el pueblo, y ni mucho menos los que le
jaleaban hoy, han puesto el grito en el cielo. Y así, claro, luego no nos
podremos quejar ni extrañar de que el susodicho pueda cometer otro tipo de tropelías al mando de esta nación, que para esas artes son también alumnos aventajados esta
clase de rufianes.
Ahora bien, en ese más que
posible supuesto, yo no le culparé a él y ni tan siquiera a los incautos que le
hayan podido votar. No, yo miraré hacia dentro, por un mínimo de pudor
y dignidad profesional. Y me plantearé cómo es posible que los medios hayan pasado tan de puntillas por esta fragante
sinvergonzonería, de la que el pájaro ha salido indemne y con la reputación poco menos que intacta.
En serio. Es para que los periodistas nos lo hagamos mirar. Porque es
que si no todos podremos ser considerados iguales de golfos. Licenciados en golfería, vaya.
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